Por: Med. Vet. Gerardo J. González


Venezuela es uno de los países con mayor biodiversidad en el planeta, contamos con unas 2.100 especies de vertebrados, somos una nación afortunada en cuanto a diversidad de especies se refiere.

Antes de entrar en materia del tráfico ilegal de fauna silvestre, debemos tener claros conceptos como: fauna silvestre y fauna doméstica.

Los animales domésticos son especies que han sido seleccionadas genéticamente y criadas por el hombre con algún propósito, dentro de estas tenemos a los perros, gatos, caballos, vacas, ovejas, cabras, entre otros; los animales de fauna silvestre son especies que han sufrido selección natural, y no han sido seleccionados por el hombre, son animales de vida libre, entre los que podemos mencionar jaguares, jirafas, loros y monos por ejemplo.

A su vez la fauna silvestre podemos dividirla en dos grupos, basándonos en la procedencia geográfica.

Tenemos a la fauna silvestre autóctona que son las especies que están distribuidas en un área geográfica determinada, que generalmente es un país; de manera que para Venezuela tenemos fauna silvestre autóctona o nativa, que son todas las especies que están distribuidas naturalmente en Venezuela, como por ejemplo los loros reales, cunaguaros, la serpiente anaconda, y el caimán del Orinoco, entre otros.

Por otro lado, tenemos la fauna silvestre exótica se refiere a especies que no están distribuidas dentro de un área geográfica establecida (de manera natural), de tal manera que para Venezuela las especies de fauna silvestre exóticas son todas las especies que no están distribuidas en nuestro país, como por ejemplo el león africano, el elefante asiático, los pericos australianos, el dragón de Comodo, entre otras.

Conociendo esto, podemos entender que la tenencia de fauna silvestre autóctona o nativa para Venezuela es Ilegal en nuestro país. Aunque es muy común que personas tengan en sus casas animales como loros reales, o loros guaros, pericos, guacamayas, monos capuchinos, monos araguatos o morrocoyes entre muchos otros, debemos tener en cuenta que en nuestro país es ilegal, ya que son especies silvestres autóctonas.

Cada vez que alguien compra este tipo de animales en carreteras o en tiendas de animales a traficantes, está siendo cómplice del tráfico de fauna silvestre y de la disminución de las poblaciones silvestres de estas especies, sin mencionar que está cometiendo un delito penado por la ley.

Probablemente Probablemente algunas personas compran animales silvestres a traficantes de fauna con la “buena intención” de liberarlos, sin embargo, al pagarle al traficante el recibe lo único que le importa, el dinero, con lo cual se estimulará a seguir extrayendo fauna para la venta, se promueve la captura y tráfico ilícito de nuestra biodiversidad.

Otra realidad que pocos conocen, es que muchas veces los traficantes deben matar a la madre, padres o parte del grupo familiar para quitarle a las crías que luego venderán.

Como es el caso de los monos capuchinos, monos araguatos y perezas. Por otro lado, en el caso
de las aves, muchos pichones mueren en el proceso de saqueo de los nidos, distribución y venta. De tal manera que la compra de un solo ejemplar representa un acto ilegal que promueve la muerte de varios individuos de la especie.

En definitiva el tráfico de fauna silvestre representa una de las principales amenazas para nuestra biodiversidad, junto a la destrucción de las áreas naturales para instaurar actividades humanas.

Podemos contribuir a combatir el comercio ilícito al no comprar animales silvestres, denunciando
el tráfico de fauna y convenciéndonos de que las mejores mascotas son las domésticas, como un
perro o un gato.









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